jueves, 4 de abril de 2013

Jueves


Julián juró a Jesús. Jesús jódete a Jacinto, júntale injurias, que enjugue sus juegos, me quejo conjuntamente con Justa, que jodió el jueves el jijo de… Jesús crújele los ojos, coraje trajo ese escondrijo de Judas.

Jesús se quejaba encajado. Pendejos quejones, ojala cojearan como el hijo de Jehová. Julián sin cojones, jódetelo tú junto con Justa, tu mujer tan piruja.

Julián juntaba su pasaje a San José, para injuriar a Jacinto ante Jesucristo todos los jueves. Hasta que jorobó tanto a Jesús, que se agarro la pija y bajo con enjundia y le dijo: Mira pendejo, aquí te dejo la respuesta a tus quejas. Se lo juntas al pellejo y lo dejas en jurisdicción de mi jefe. Juntó su ropaje y quejumbroso regreso a su trabajo.

Julián se mojó los bajos por el prolijo Jesús majadero. Regresó a su jacal, dibujando acojonado el lujurioso consejo de Jesús. Llegó jurando, dejar a Jacinto al menos cojo. Buscó en su cajon, sacó su navaja, sujetó sus cojones y conjugaba lo que iba a jurar cuando ese falso mojigato se desgajara en flujos pestilentes. Mientras, Justa se dejaba jinetear por algún forajido lejos de Julián. Jesús seguía encajado.

24 Julio 2008

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