viernes, 24 de mayo de 2013

doble u



u
No tengo nada. Apenas unas cosas regaladas. Si pudieran ya hubieran regresado con sus dueños, lloriqueando como niñas de catorce años. Hace dos días soñé que llegaba a cerrar el portón de un terreno y tomar todo lo que había para llevarlo a otras personas. Desperté en el autobús justo  donde me bajo y lloré tres cuadras hasta mi trabajo. Llegué y dije buenos días, nadie contestó.

u u
Anoche tuve un orgasmo. Me gustó más que el orgasmo de la noche anterior. Él trajo el aceite y yo, de lo que traería, sólo sabía del té de menta. La menta hace bien a las plantas dijo, y vacié el resto de las tazas en las macetas.

u.uno
Ayer el cielo era de color papiro. Yo muy arriba y muy abajo.Qué es el amor, no lo sé, qué se siente el amor, no lo sé, cuando no está se olvida. Si fuera  una barda ya la habríamos destrozado:
 un trozo que nació de un pesebre
 un no-trozo del objeto
 un trozo génesis.02/Exp.54879
 un trozo de mezcla y piedras por una alcantarilla
 un fragmento en el lagrimal derecho
 Un ojo que pica una bacteria en el ojo
un cielo rosa plomo en el universo de la bacteria

u.dos
hola :
-a veces nadie contesta
Hago de esa voz que no contesta:
un papel con sueños

uu
domingo sopla debajo del vestido
 a dos pezones elevados en su circunferencia
que dicen hola a la congregación de la iglesia.

Imagen: Egg season, Myrtle von Damitz.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Vendaval



1. En los labios llevamos una cámara fotográfica. La primera imagen es un túnel de agua donde la voz escapa. La última imagen es un túnel de luz donde la voz se interna.

2. Múltiples teorías hablan de una cámara en los ojos, esto es parcialmente cierto, si prescindimos de la vista y de los caminos que se bifurcan en ella y ni siquiera vislumbramos. Para los labios no hay más que realidades a las que llegamos infinitamente.

3. Un par de labios que se exploran hacen delgados cortes en las imágenes, entonces se vuelven porosas y pueden transmitirse completas o en elementos entre los involucrados. La imagen se democratiza, da de sí y recibe de otro en la misma medida.

4. No existen labios descompuestos. Existen padecimientos que opacan sus capacidades sensoriales, su innato funcionamiento de captarlo todo. Esto podría ejemplificarse como una malla para evitar deslaves al pie de la carretera: algunos pequeños elementos logran atravesarla, a veces imperceptibles en comparación de todo lo que está del otro lado.

5. Cada imagen es única e irrepetible. Sus transformaciones generalmente son inevitables.

6. Los bilés actúan como filtros, jamás como barreras. Un filtro rojo hace más propensos  a los labios a buscar otros labios, y así acrecentar intercambios y nuevas reconstrucciones de las imágenes. Este fenómeno ha dado lugar a múltiples estudios antropológicos acerca del color rojo como elemento sagrado en muchas culturas y su posible propiedad de uso como vehículo entre entes.

7. A pesar de ser un tema cada vez más recurrido en la investigación científica, sigue siendo un tabú en culturas populares la profundización y adentramiento en la experiencia de los propios labios. Se sospecha que las causas pueden ser atribuidas casi universalmente a sus cualidades eróticas y la relación que mantienen tan cercana con la vulva en múltiples aspectos.

8. Se dice que siete segundos después de morir los labios continúan capturando imágenes. Se dice.


Ulises y las sirenas



Es la primera vez que muere un hombre entre mis piernas. Él dejó de respirar atado a la cama. Huí. Supuse que tendría algún castigo en un código penal. Llamé a una ambulancia y me quedé a lo lejos hasta que llegaron. No apagaron las luces, pero sí el sonido de las sirenas. Escuché a la distancia, por la gente, que ese asunto era ya de otra dependencia.


lunes, 6 de mayo de 2013

Translúcido

Hoy me di cuenta que sigo pensando en qué mirarás en este momento, y en que siempre me dio miedo saberlo, tanto, que quise ser alguien a quien miraras para no sentirme sola imaginando tus ojos. Hace más de cien días que estás a menos distancia, y puedo encontrarte, pero dentro, muy dentro de mí sé que no podemos hacerlo, porque mis ojos cuando se encuentran con los tuyos me dicen que no puedes verme, y por lo tanto, yo tampoco. ¿Eres feliz? Recuerdo haberte visto feliz muchas veces y pensaba, esto es él, y yo sólo estoy aquí para saberlo sin hacer nada más. Y yo también lo fui, y dejé de serlo, algunas veces porque me daba tristeza saber que no podía ser del todo feliz, porque mi cabeza se contaminó de tantos intentos por vislumbrar esas lejanas constelaciones de tu cabeza, de tu amor, que las mías se acobardaron de aparecer tal cual eran frente ti, simples luces inalcanzables algunas veces, estrellas funcionando en una galaxia, otras. Me he preguntando por ejemplo, ¿qué fue lo que dividimos aquella vez en invierno que nos salvó de pensar en todo lo que vendría después, y no pudimos seguir dividiendo jamás? Tal vez sólo compartimos días excepcionales, días coincidencia, días cuidadosamente tejidos para estar a un costado sin concentrarnos en la magnitud del universo, en la carcajada del universo cuando mi mano florecía con la tuya y preferíamos ni siquiera mencionarlo. Hoy quisiera tanto encontrar de nuevo eso tuyo que se escapará de todo, y que por un instante, yo tendré un poco cerca. Hoy quisiera que tocarás a mi puerta y que me dijeras todo lo que no hemos dicho, si es que quieres hablar, o que finalmente hicieras lo que de verdad quieres en mi presencia, que para mí sería el fin máximo, sea lo que sea, porque después de tanto tiempo, estoy lista para deshacer mis pensamientos y hacer frente de ti también, eso que quiero. Yo te invitaría dentro de nuevo aunque no pasaras, y dejaría la puerta abierta junto con mis ojos para acompañarte hasta donde me permitiera mi miopía, aunque verte con cualquiera de esos ojos es verte al fin con los únicos que pondré en ti y quizás así, vea simplemente lo que hay.