lunes, 6 de mayo de 2013

Translúcido

Hoy me di cuenta que sigo pensando en qué mirarás en este momento, y en que siempre me dio miedo saberlo, tanto, que quise ser alguien a quien miraras para no sentirme sola imaginando tus ojos. Hace más de cien días que estás a menos distancia, y puedo encontrarte, pero dentro, muy dentro de mí sé que no podemos hacerlo, porque mis ojos cuando se encuentran con los tuyos me dicen que no puedes verme, y por lo tanto, yo tampoco. ¿Eres feliz? Recuerdo haberte visto feliz muchas veces y pensaba, esto es él, y yo sólo estoy aquí para saberlo sin hacer nada más. Y yo también lo fui, y dejé de serlo, algunas veces porque me daba tristeza saber que no podía ser del todo feliz, porque mi cabeza se contaminó de tantos intentos por vislumbrar esas lejanas constelaciones de tu cabeza, de tu amor, que las mías se acobardaron de aparecer tal cual eran frente ti, simples luces inalcanzables algunas veces, estrellas funcionando en una galaxia, otras. Me he preguntando por ejemplo, ¿qué fue lo que dividimos aquella vez en invierno que nos salvó de pensar en todo lo que vendría después, y no pudimos seguir dividiendo jamás? Tal vez sólo compartimos días excepcionales, días coincidencia, días cuidadosamente tejidos para estar a un costado sin concentrarnos en la magnitud del universo, en la carcajada del universo cuando mi mano florecía con la tuya y preferíamos ni siquiera mencionarlo. Hoy quisiera tanto encontrar de nuevo eso tuyo que se escapará de todo, y que por un instante, yo tendré un poco cerca. Hoy quisiera que tocarás a mi puerta y que me dijeras todo lo que no hemos dicho, si es que quieres hablar, o que finalmente hicieras lo que de verdad quieres en mi presencia, que para mí sería el fin máximo, sea lo que sea, porque después de tanto tiempo, estoy lista para deshacer mis pensamientos y hacer frente de ti también, eso que quiero. Yo te invitaría dentro de nuevo aunque no pasaras, y dejaría la puerta abierta junto con mis ojos para acompañarte hasta donde me permitiera mi miopía, aunque verte con cualquiera de esos ojos es verte al fin con los únicos que pondré en ti y quizás así, vea simplemente lo que hay.

1 comentario:

  1. los ojos, aveces porque veo lo que no debo ver y otras porque veo lo que quiero.
    Es bonito leerte así.

    ResponderEliminar